Presentaciones:
Frasco con 30 tabletas con 250 mg.
Contraindicaciones:
Hipersensibilidad a la acetazolamida o a los demás componentes de la fórmula, insuficiencia hepática y renal grave, hipercloremia e hipocaliemia, embarazo (primer trimestre).
Estados avanzados de hiponatremia.
Fallo de las glándulas suprarrenales y ácidos hiperclorémica.
El tratamiento a largo plazo puede originar un cuadro de acidosis
Reacciones secundarias y adversas:
En terapias a corto plazo son poco comunes. Consisten en parestesias, sensación de hormigueo en extremidades, tinnitus y trastornos de la audición, anorexia, alteraciones del gusto y trastornos gastrointestinales como nausea, vómitos y diarrea y, ocasionalmente, somnolencia o confusión transitoria, que revierte siempre al cesar el tratamiento. Puede producirse una acidosis metabólica y una alteración del balance electrolítico. También puede presentarse: miopía transitoria, melena, hematuria, glucosuria, insuficiencia hepática, parálisis fláccida o convulsiones, como efectos relacionados con el fármaco y, en raros casos, efectos secundarios típicos de sulfamidas como fiebre, discrasias sanguíneas, erupciones cutáneas, cristaluria o lesiones renales. Todas estas manifestaciones ceden al disminuir la dosis o suprimir la droga.
Dosis y vía de administración:
Vía de administración: Oral.
Dosis:
- Glaucoma:
— Adultos: 250 mg al día en tomas repartidas, disminuir la dosis en cuanto se restablezca el nivel tensional adecuado.
- Epilepsia:
— Adultos: 250 a 1,000 mg al día en dosis repartidas.
— Niños: 8 a 30 mg/kg en dosis diarias divididas, sin exceder 750 mg al día.
- Diuretico:
— Adultos: 250 mg en una toma, administrado un día si y otro no.