La molestia ocular más frecuentemente reportada ha sido ligero ardor transitorio en el momento de la instilación.
Ocasionalmente se han reportado náusea y cefalea.
El uso indiscriminado o prolongado puede ocasionar efecto de rebote.
Los antihistamínicos pueden causar dermatitis eccematosa de contacto seguida de su uso tópico. Los individuos sensibilizados a un antihistamínico pueden mostrar sensibilidad cruzada a otros antihistamínicos o agentes relacionados.
Estos agentes pueden dilatar la pupila, y en pacientes predispuestos a glaucoma de ángulo cerrado, pueden precipitar un ataque agudo.
Los efectos adversos serios raramente se presentan con nafazolina oftálmica; sin embargo, la dosis excesiva y el uso prolongado pueden causar irritación severa de la conjuntiva y efectos sistémicos secundarios.
Esta medicación puede causar liberación de gránulos pigmentados, especialmente cuando se usan concentraciones elevadas en pacientes ancianos.
La nafazolina puede causar midriasis, particularmente en pacientes con iris claros, en los que usan lentes de contacto o en aquellos con abrasiones corneales; lo cual puede precipitar un ataque agudo de glaucoma de ángulo estrecho en aquellos con predisposición anatómica.
Se debe considerar el riesgo beneficio cuando existen los siguientes problemas médicos: su absorción sistémica puede causar irregularidades cardiacas en enfermedad cardiovascular. La absorción sistémica puede causar hiperglicemia mínima en pacientes diabéticos.
La absorción sistémica puede causar hipertensión.
Puede haber hipersensibilidad a cualquiera de los componentes de la fórmula.