Obesidad parental se asocia con la gravedad de la obesidad infantil y de sus comorbilidades
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Los cambios socioeconómicos producidos en estas últimas décadas han ocasionado la aparición de nuevos modelos de alimentación y de vida más sedentarios, facilitando el desarrollo de obesidad en las generaciones pediátricas actuales.
Obesidad en padres e hijos
Los hijos de padres obesos podrían presentar mayor riesgo de obesidad añadido debido a la influencia de los hábitos de vida familiares, junto con una base genética de mayor susceptibilidad para el desarrollo de la enfermedad. De hecho, un porcentaje elevado de los niños y adolescentes actualmente obesos tienen progenitores obesos.
Existen estudios que han demostrado que los niños con padres y hermanos obesos tienen menor probabilidad de éxito en los programas de pérdida ponderal, incidiendo alguno de ellos en una menor respuesta asociada a la obesidad materna. Las comorbilidades parentales relacionadas con la obesidad se han asociado también con una peor respuesta al tratamiento de la obesidad infantil, siendo esta asociación más fuerte si ambos padres presentan comorbilidades.
Estudio retrospectivo
Se realizó un estudio retrospectivo de 800 pacientes obesos (45.2% de niñas; edad: 10.35 ± 3.40 años, índice de masa corporal [IMC]: + 4.22 ± 1.68 puntuación de desviación estándar [SDS]). Comparación de grupos según la presencia de obesidad en ninguno (n = 347) o cualquiera de los padres (n = 453), y luego si el padre obeso era el padre (n = 185), la madre (n = 151), o ambos padres (n = 117). Los parámetros analizados fueron: edad al inicio de la obesidad y en su primera visita, peso al nacer (BW), BMI-SDS, glucemia, nivel de insulina, índice de evaluación del modelo homeostático (HOMA), colesterol total (TC), HDL, LDL, triglicéridos, 25-OH-vitamina-D, área bajo la curva (AUC) para la insulina en la prueba de tolerancia a la glucosa oral (OGTT), índice de sensibilidad a la insulina en todo el cuerpo (WBISI), LDL/HDL y TC/HDL, y pérdida de peso después de 12 meses de seguimiento.
No se observaron diferencias entre los grupos en cuanto al género, origen étnico o etapa puberal. Los pacientes con un padre obeso mostraron BW-SDS y BMI-SDS más altos (P <.01), deterioro más grave del metabolismo de los carbohidratos (insulina en la sangre, AUC de insulina, HOMA, HbA1c [P <.01] y menor WBISI [P <.05]) que aquellos sin padres obesos. Entre los pacientes con un solo padre obeso, se observó una mayor SDS-BW, insulina, HOMA y una menor cantidad de 25-OH-vitamina D (P <.05) cuando la obesidad estaba presente en la madre. Hubo una mayor prevalencia de síndrome metabólico cuando ambos padres eran obesos (χ2 = 5.96, p <0.05). Un total de 132 pacientes redujeron su IMC en ≥1.5 SDS, o su peso en ≥10%, sin la influencia de los antecedentes de la obesidad de los padres.
Conclusión
La obesidad en cualquier padre determina una mayor gravedad de la obesidad de sus hijos y las comorbilidades metabólicas, lo que es más importante cuando la obesidad está presente en la madre o en ambos padres, pero sin interferencia en las opciones de éxito terapéutico.
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