Intervención sobre parámetros cardiovasculares en mujeres perimenopáusicas con factor de riesgo cardiovascular

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En las últimas décadas ha disminuido la mortalidad por enfermedad cardiovascular y este hecho se ha relacionado con la mejora de diversos factores, entre los que se encuentran el tratamiento, prevención y gestión de los factores de riesgo.

Menopausia y riesgo cardiovascular

No obstante, esta disminución desde los años 80 hasta la actualidad ha sido ligeramente superior en los hombres que en las mujeres, concretamente en Europa esta reducción ha sido del 32 y 30%, respectivamente.

Diversos estudios han evidenciado que el cese de la menstruación provoca el aumento de riesgo cardiovascular en las mujeres, debido a la deficiencia de las hormonas cardioprotectoras, los estrógenos.

Además, en esta fase se producen cambios metabólicos como elevaciones del colesterol total (cTotal), lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) y triglicéridos y descensos de las lipoproteínas de alta densidad (c-HDL).

Por otro lado, la menopausia tiene un destacado papel en el aumento de la presión arterial, ya que la reducción tanto del estradiol como de los estrógenos provoca disfunción endotelial y rigidez arterial y, como consecuencia, un incremento de la activación simpática que favorece a su vez un aumento de la renina y la angiotensina II. Por tanto, modificar el estilo de vida es el método más eficaz para prevenir esta grave enfermedad.

Intervención educativa en mujeres en edad perimenopáusica

Se realizó un ensayo clínico aleatorizado realizado en dos centros de salud urbanos de España. El objetivo fue evaluar si la intervención educativa en mujeres en edad perimenopáusica con hipertensión, diabetes mellitus y/o dislipidemia podría lograr cambios significativos en la reducción de los parámetros de riesgo bioquímicos y hemodinámicos.

El estudio incluyó a 320 mujeres de entre 45 y 60 años de edad que fueron diagnosticadas con hipertensión, diabetes mellitus y/o dislipidemia; fueron asignados al azar al grupo experimental (n = 160) y al grupo control (n = 160).

El grupo de intervención recibió tres sesiones educativas y el grupo de control recibió un folleto informativo enviado por correo. Las variables hemodinámicas y bioquímicas se evaluaron al inicio del estudio y un año después en ambos grupos.

Las mujeres en el grupo de intervención mostraron una disminución en las lipoproteínas de baja densidad y un aumento en las lipoproteínas de alta densidad, así como mejoras en la presión arterial sistólica y frecuencia en comparación con las mujeres en el grupo control.

Las mujeres en el grupo de control aumentaron significativamente la glucosa y la gamma-glutamiltranspeptidasa niveles más que los del grupo experimental.

Conclusiones

Teniendo en cuenta los objetivos e hipótesis planteados para esta investigación, puede que una intervención educativa realizada con mujeres en edad perimenopáusica de dos centros de salud urbanos con al menos un factor de riesgo cardiovascular mayor (diabetes mellitus, dislipidemia o hipertensión) haya conseguido disminuir o mantener los parámetros asociados a un aumento de probabilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular, como son la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el perfil lipídico al, posiblemente, mejorar determinados comportamientos en su dieta y estilo de vida.

Por tanto, sería interesante realizar un seguimiento de esta cohorte de mujeres para comprobar en el futuro cómo evolucionan desde el punto de vista cardiovascular.

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