Principios del tratamiento intervencionista en la epistaxis

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La epistaxis anterior es más común en los niños y suele ser leve o incluso autolimitada. La epistaxis posterior es más común en adultos y puede estar asociada con un trastorno de coagulación primario o secundario que conduce a un aumento de la morbilidad y, en casos extremos, a la muerte.

En términos de frecuencia, la epistaxis posterior es menos frecuente, con alrededor de 5-10% de los casos. En aproximadamente 70% de los pacientes es idiopático.

Abordaje

En contraste con la epistaxis anterior, que es bien accesible para la terapia ambulatoria local, la epistaxis posterior requiere un enfoque más difícil para un concepto de tratamiento multimodal local y operatorio.

Además del examen ORL de la nariz, dependiendo de la ubicación del sangrado, se puede detener mediante el cierre quirúrgico del vaso sangrante o un taponamiento posterior. Sin embargo, en casos raros, el sangrado adicional o el sangrado recurrente temprano se pueden tratar con embolización endovascular.

Las narices externas e internas son suministradas por ramas de la arteria carótida externa (ACE), así como por ramas de la arteria carótida interna (ACI). La nariz externa recibe su suministro arterial del ACE a través de la arteria facial.

Dentro de la nariz, existen numerosas anastomosis entre las áreas ACE y ACI. El curso de los vasos individuales es muy variable.

El drenaje venoso de la nariz externa e interna sigue esencialmente el suministro arterial y se produce tanto a través de la vena facial como a través de la vena oftálmica. Aquí hay una conexión de lo intracraneal al seno cavernoso.

Opciones de tratamiento

La estrategia para la terapia endovascular de la epistaxis insaciable es reducir la presión arterial sin causar daño isquémico a la mucosa. Angiográficamente, se ven vasos alargados, semejantes a cuerdas de perla y alargados. Por otro lado, la extravasación de medios de contraste (CM) es a menudo detectable en el caso de lesiones traumáticas y, en particular, de tumores necróticos hemorrágicos.

A pesar de las medidas de otorrinolaringología, como el empaque posterior o la cirugía, el sangrado puede repetirse o continuar o la fuente puede no ser accesible quirúrgicamente. Para estos pacientes, la terapia endovascular es una opción de tratamiento real, a veces la única. Además de las causas idiopáticas de la epistaxis posterior, la causa también puede ser sintomática.

En este caso, se debe identificar la causa y adaptar el tratamiento en consecuencia. La tomografía computarizada previa a la embolización de los senos paranasales y la angiografía por tomografía computarizada es útil.

Estos métodos pueden revelar la causa y la ubicación de la hemorragia, así como las variantes significativas de los vasos, las anomalías anatómicas o una causa insospechada de epistaxis.

En general, con una buena comprensión de las anastomosis peligrosas, la terapia endovascular para la epistaxis posterior tiene altas tasas de éxito con un bajo riesgo del procedimiento.

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