PREVENCIÓN, DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA EN LA PACIENTE OBSTÉTRICA

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La Guía de Práctica Clínica Prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad tromboembólica venosa en la paciente obstétrica tiene como objetivo determinar si son necesarias las medias de compresión en pacientes obstétricas con factores de riesgo para trombosis venosa profunda (TVP), si debe usarse heparina para profilaxis de TVP en pacientes obstétricas con factores de riesgo, cuál es el mejor método diagnóstico comparando ultrasonido por compresión venosa con angiotomografía, gammagrafía, venografía o angiorresonancia en pacientes embarazadas para diagnóstico de TVP, cuándo debe usarse filtro de vena cava comparado con tratamiento convencional en pacientes obstétricas con TVP, cuál es el beneficio de realizar trombectomía comparado con no realizarla en pacientes obstétricas con fracaso del tratamiento farmacológico; si realizar una evaluación de factores de riesgo disminuye la presentación de tromboembolia pulmonar en mujeres en edad reproductiva o embarazadas, si brindar atención preconcepcional y un plan de manejo prospectivo de tromboprofilaxis disminuye el riesgo de un nuevo evento de tromboembolia pulmonar (TEP) en mujeres en edad reproductiva con antecedentes, cuáles son las mejores estrategias en las mujeres embarazadas o puerperas para disminuir el riesgo de TEP, cuál es el beneficio del uso de tromboprofilaxis en la disminución del riesgo de TEP, cuál es la medida más benéfica entre realizar una gammagrafía pulmonar (GP V/Q) comparada con una angiografía pulmonar por tomografía computada (APTC), radiografía, o electrocardiograma para aumentar la sensibilidad y especificidad en el diagnóstico, si el uso de heparinas de bajo peso molecular comparadas con heparina no fraccionada mejora la evolución clínica, cuál es el beneficio del tratamiento estándar comparado con la trombolisis en la disminución de la mortalidad, complicaciones y días de estancia intrahospitalaria, y si el uso de anticonceptivos hormonales comparados con no hormonales incrementa el riesgo de TEP en las pacientes puérperas.