Manejo del absceso de la glándula tiroides

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La tiroiditis aguda supurada y su evolución a absceso de la glándula tiroides suponen una rara entidad clínica que alcanza 0.7% de la enfermedad quirúrgica tiroidea.

Afecciones de la tiroides

La cobertura anatómica de la tiroides y su contenido en iodo la hacen especialmente resistente a la agresión biológica. Si bien las afecciones concomitantes locales, especialmente desde el tracto respiratorio superior o sistémicas en el contexto de una inmunodepresión, favorecen su aparición.

Los signos y síntomas congruentes con un proceso inflamatorio cervical en su vertiente media inferior son la norma, por lo que en presencia de ellos debe ser un proceso a incluir en el diagnóstico diferencial de flemones y abscesos del cuello.

Abordaje de la tiroiditis supurativa

Se realizó un estudio retrospectivo en estos pacientes que revisaron sus características epidemiológicas y las maniobras diagnósticas y terapéuticas elegidas para todos ellos, así como su resultado clínico. Se estudió un grupo de 9 hombres y 5 mujeres, con edades comprendidas entre los 19 y 68 años (media de 40.6 ± 15.4). Estos pacientes sufrieron 22 episodios agudos y 2 pacientes tuvieron 4 episodios cada uno.

La tiroiditis supurativa comprendía 0.29% de los abscesos de cuello. La aspiración con aguja fina se realizó en 13 casos para evacuar y aislar al agente etiológico. Mycobacterium tuberculosis y Staphylococcus aureus fueron los más identificados.

Nueve pacientes fueron sometidos a ecografía y 7 a estudios con tomografía computarizada. La cirugía fue la opción para 10 pacientes, incluido el drenaje para 7, la tiroidectomía para 4 y la hemitiroidectomía para los 2 restantes.

También se realizaron antibióticos sistémicos o intralesionales y esclerosis de la glándula.

Aunque 1 caso presentó con hipertiroidismo y tirotoxicosis en la fase aguda, se observó un hipotiroidismo definitivo en 5 pacientes a los 6 meses después del alta. La tasa de éxito fue 100%.

Utilidad de las pruebas de imagen

La glándula tiroidea es relativamente resistente a las infecciones debido a la consistencia de su cápsula, concentración en iodo, su rico drenaje linfático y su aporte sanguíneo bilateral.

Por tanto, los abscesos de la zona por tiroiditis supurativas no son comunes. Sin embargo, su rápida evolución es la norma, por lo que deben ser rápidamente identificados. Esta forma de tiroiditis es la menos frecuente de todas.

Tratándose de entidades infrecuentes, las tiroiditis supuradas parecen elevar lentamente su incidencia con el incremento de circunstancias inmunosupresoras. Es importante no descartar este desorden tiroideo, especialmente si se asume el hecho de que la función tiroidea no tiene porqué alterarse.

Las pruebas de imagen desempeñan un papel fundamental en su identificación, sospechando anomalías congénitas en población joven.

La iconografía no es específica y a menudo puede combinarse con progresión de infección y supuración extraglandular, por lo que no existe un protocolo bien establecido de imagen para su localización, si bien la ecografía resulta una prueba no invasiva, rápida y no ionizante, con alta capacidad de orientar en la enfermedad tiroidea. La actitud terapéutica a adoptar es urgente.

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