La disfunción eréctil es una enfermedad que afecta la salud física y psíquica, así como la calidad de vida de quienes la padecen; es un problema clínico común, con miles de casos nuevos cada año.
HTA y disfunción eréctil
La prevalencia de hipertensión arterial (HTA) en varones españoles ≥ 18 años es de 49.9% y la prevalencia de disfunción eréctil entre 25-70 años oscila entre 8.6 y 49%, siendo de 46.5% en varones hipertensos.
Hipertensión arterial y disfunción eréctil comparten los mismos mecanismos patogénicos: disfunción endotelial y/o desregulación del músculo liso vascular y cavernoso.
La hipertensión es la comorbilidad más común asociada a disfunción eréctil y su tratamiento puede afectar negativamente la función sexual.
La disfunción endotelial se ha convertido en sinónimo de actividad biológica reducida de óxido nítrico, siendo de gran importancia para la génesis de las enfermedades cardiovasculares (ECV) y de la disfunción eréctil de causa vascular.
Hoy en día se consideran manifestaciones temporales de una misma enfermedad, siendo esta un síntoma temprano de lesión ateroesclerótica en vasos de menor calibre, que precede en 2-3 años a las manifestaciones clínicas de enfermedades cardiovasculares.
De ahí su importancia como síntoma centinela, lo que nos brinda la oportunidad de tomar medidas preventivas frente a complicaciones de las ECV (infarto agudo de miocardio mortal o accidente cerebrovascular).
Hombres hipertensos con disfunción eréctil
Se realizó un estudio observacional de prevalencia en hombres con hipertensión esencial. Se recogieron variables sociodemográficas y de comorbilidad de cada paciente (edad, índice de Charlson, dislipidemia e hiperplasia prostática), grado de control de la hipertensión esencial y tratamiento, riesgo cardiovascular y síndrome metabólico.
La disfunción eréctil fue diagnosticada por el Índice Internacional de Función Eréctil (IIEF-15). Los cuestionarios de calidad de vida se realizaron en hipertensión esencial (MINICHAL) y en la escala internacional de síntomas prostáticos (IPSS).
El estudio incluyó a 262 hombres hipertensos con una edad promedio de 65.84 años. La disfunción eréctil se presentó en 46.1%, siendo severa en 54.9%.
El análisis bivariado muestra una asociación independiente entre la disfunción eréctil y las variables: edad, índice de Charlson, dislipemia, hipertrofia prostática benigna, presión arterial diastólica, años de diagnóstico de hipertensión, número de tratamientos, Regicor y Framingham-Wilson, glucemia, creatinina y GPT, filtración glomerular a través de la fórmula MDRD, sintomatología irritativa (IPSS) y manifestaciones somáticas (MINICHAL).
Disfunción eréctil como síntoma de ECV
El modelo multivariable final encontró asociación con la edad, presentación de dislipidemia, hiperplasia prostática y síndrome metabólico.
El paciente hipertenso debe ser asesorado adecuadamente, modificando o iniciando terapias antihipertensivas que minimicen los efectos confusos de los fármacos y siempre comenzando con cambios en su estilo vida.
El paciente hipertenso que presenta disfunción eréctil supone una oportunidad única que debemos aprovechar para identificar las ECV e implementar terapias para reducir el riesgo de futuros eventos cardiovasculares y así mejorar su calidad de vida.
Teniendo en cuenta la accesibilidad desde el punto de vista sanitario, permite la propuesta de planes asistenciales de carácter preventivo con una alta efectividad, eficacia y eficiencia, y con una reducción del gasto sanitario.
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