Niveles óptimos de colesterol en pacientes con dislipidemia
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Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en nuestro medio y el motivo que subyace en la mayoría de los casos es la cardiopatía isquémica. La aterosclerosis constituye la base principal en la etiopatogenia de la cardiopatía isquémica y, en este contexto, el colesterol es el principal factor de riesgo cardiovascular.
Objetivos de colesterol LDL
A partir de las evidencias provenientes de los ensayos clínicos, las guías europeas establecen claramente que el objetivo principal del paciente con dislipidemia es reducir el colesterol LDL hasta las metas recomendadas.
Los diferentes ensayos clínicos realizados con hipolipidemiantes, sobre todo con estatinas, han demostrado que reducir el colesterol LDL es beneficioso a la hora de disminuir el riesgo de presentar complicaciones cardiovasculares. Y esto ocurre tanto en prevención primaria como en secundaria. Lógicamente, cuanto mayor sea el riesgo del paciente y más elevado sea el colesterol LDL basal, el beneficio de la reducción del colesterol LDL en términos absolutos será mayor.
Aunque en las polémicas guías americanas de dislipidemia de 2013 se suprimieron los objetivos de colesterol LDL y prácticamente se limitaba el tratamiento hipolipidemiante al empleo de las estatinas, en la última actualización de estas guías, y como consecuencia de los nuevos datos publicados, se volvieron a establecer unos objetivos de colesterol LDL (con algunas diferencias con respecto a las guías europeas).
Opciones de tratamiento
Aunque las estatinas constituyen el tratamiento de elección en la mayoría de los pacientes, en determinados pacientes se pueden emplear otros tratamientos hipolipidemiantes para reducir el colesterol LDL.
Las mayores evidencias acerca del beneficio pronóstico de reducir el colesterol LDL con el tratamiento hipolipidemiante provienen de los ensayos clínicos con las estatinas.
Sin embargo, existe un porcentaje significativo de pacientes que o bien no logran los objetivos de colesterol LDL solo con las estatinas, o bien en ellos las estatinas no se pueden emplear (intolerancia, etc.). Aunque se dispone de otras posibilidades terapéuticas, además de la dieta y el ejercicio físico.
Se dispone de tres tratamientos (estatinas, ezetimiba e inhibidores PCSK9) que han demostrado disminuir los eventos cardiovasculares al reducir el colesterol LDL. El empleo de cada uno de ellos, solos o en combinación, dependerá del tipo de paciente y de sus características clínicas.
Conclusiones
En todo paciente con dislipidemia es imprescindible estratificar adecuadamente el riesgo cardiovascular y, de esta forma, conocer cuál debe ser su objetivo de colesterol LDL.
Es imprescindible lograr los objetivos de colesterol LDL para mejorar el pronóstico de los pacientes con dislipidemia. Incluso reducciones mayores a las recomendadas de colesterol LDL parecen ser beneficiosas y seguras.
El tratamiento con mayores evidencias actualmente disponible en cuanto a beneficio pronóstico son las estatinas y, por tanto, constituyen el tratamiento de elección en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, en aquellos casos en los que no sea posible el empleo de las estatinas o en los que estas resulten insuficientes, existen otras alternativas terapéuticas que reducen el colesterol LDL y que también han demostrado ser beneficiosas.
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