Malabsorción de fructosa intestinal se asocia con aumento de fermentación de lactulosa en la luz intestinal
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El dolor abdominal crónico ocurre en aproximadamente 10-20% de los niños y adolescentes. La mayoría de los pacientes tiene trastornos gastrointestinales funcionales, resultantes de la interacción de factores biopsicosociales.
Malabsorción intestinal de fructosa
Entre los factores involucrados en la etiología del dolor abdominal asociado con trastornos gastrointestinales funcionales están rasgos de personalidad individual, eventos traumáticos previos y capacidad de afrontamiento en situaciones adversas, además de hipersensibilidad visceral, anomalías de la motilidad gastrointestinal y microbiota intestinal.
La malabsorción intestinal de fructosa se ha descrito en niños de 3 a 10 años y en adultos como causa de dolor abdominal o como factor desencadenante de episodios de dolor abdominal en pacientes con trastornos gastrointestinales funcionales.
La fructosa se considera uno de los carbohidratos fermentables más relevantes (oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles [FODMAP]). El interés en el papel de los FODMAP en los trastornos gastrointestinales funcionales se ha destacado cada vez más en la literatura.
La fructosa no absorbida se fermenta, lo cual produce ácidos grasos de cadena corta y gases, como el hidrógeno. El hidrógeno producido en la fermentación se absorbe parcialmente en el torrente sanguíneo y llega a los pulmones, lo que permite su medición en aire exhalado, por lo que el diagnóstico de malabsorción de fructosa se puede hacer con la prueba de aliento con hidrógeno después de la administración de fructosa.
Malabsorción y dolor abdominal
El estudio incluyó a 31 pacientes con dolor abdominal (11 con dispepsia funcional, 10 con síndrome del intestino irritable y 10 con dolor abdominal funcional). La prueba de hidrógeno en el aliento se utilizó para investigar la malabsorción de fructosa y la fermentación de lactulosa en la luz intestinal. El consumo de alimentos fue evaluado por el registro de alimentos. Se midieron el peso y la altura.
La malabsorción de fructosa se caracterizó en 21 (67.7%) pacientes (9 con síndrome del intestino irritable, 7 con dolor abdominal funcional y 5 con dispepsia funcional).
La intolerancia después de la administración de fructosa se observó en 6 (28.6%) de los 21 pacientes con malabsorción de fructosa. La malabsorción de fructosa se asoció con una mayor producción de hidrógeno (p < 0.05) después de la ingesta de lactulosa, un mayor consumo de energía y carbohidratos (p < 0.05) y un mayor índice de masa corporal (p < 0.05) para la edad. Las estimaciones medias de la ingesta diaria de fructosa por pacientes con y sin malabsorción de fructosa fueron, 16.1 y 10.5 g/día, respectivamente.
Conclusiones
La malabsorción de fructosa intestinal se asocia con una mayor fermentabilidad intestinal, determinado mediante la prueba de aliento con lactulosa. La malabsorción de fructosa se asoció con un mayor consumo de energía y carbohidratos, lo que teóricamente puede explicar, al menos en parte, los valores más altos de IMC para la edad.
Sin embargo, es necesario realizar más estudios para evaluar la asociación entre la ingesta de fructosa y la malabsorción intestinal, dolor abdominal, sobrepeso y otros cambios en el perfil metabólico.
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