Ejercicio prenatal para la prevención de diabetes mellitus gestacional y trastornos hipertensivos del embarazo
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En 2011, las directrices basadas en la efectividad de la American Heart Association para la prevención de enfermedades cardiovasculares en mujeres enumeraron las complicaciones del embarazo, entre ellas preeclampsia (PE), hipertensión gestacional (HG) y diabetes mellitus gestacional (DMG) como factores de riesgo tan fuertes como el tabaquismo. La fuerza de esta relación se apoya en la evidencia de un riesgo elevado de diabetes tipo 2 futura (cociente de riesgo (RR 7.43), hipertensión (RR 3.70), cardiopatía isquémica (RR 2.26) y accidente cerebrovascular (RR 1.8) en los siguientes 5-15 años.
Importancia de la prevención PE, HG y DMG durante el embarazo
Además, DMG, HG y PE también se asocian con resultados adversos en la descendencia, como crecimiento fetal excesivo o inadecuado, restricción del crecimiento fetal, parto prematuro, muerte perinatal y morbilidad metabólica y cardiovascular a largo plazo. La prevención de estos trastornos durante el embarazo es por tanto esencial para la salud futura de dos generaciones. La diabetes gestacional se define como “intolerancia a la glucosa con inicio o primer reconocimiento durante el embarazo” y afecta hasta 6-9% de la población obstétrica.
Los trastornos hipertensivos del embarazo incluyen HG y PE y afectan a 10% de las mujeres. Aunque los trastornos son distintos, con frecuencia se superponen DMG, HG y PE. Estos trastornos tienen factores de riesgo similares (por ejemplo obesidad, resistencia a la insulina, edad materna avanzada, aumento excesivo de peso durante la gestación) y están asociados con inflamación, disfunción vascular, estrés oxidativo y enfermedad vascular.
Efectos aleatorios y metarregresión
Se realizó una revisión sistemática con metaanálisis de efectos aleatorios y metarregresión; se realizaron búsquedas en las bases de datos en línea hasta el 6 de enero de 2017; se incluyeron estudios de todos los diseños (excepto estudios de caso) si se publicaron en inglés, español o francés, y contenían información sobre la población (mujeres embarazadas sin contraindicación para ejercer), intervención (medidas subjetivas u objetivas de frecuencia, intensidad, duración, volumen o tipo de ejercicio, solo [“solo ejercicio”] o en combinación con otros componentes de la intervención [p. ej., dieta; “ejercicio + cointervención”]), comparador (sin ejercicio o frecuencia, intensidad, duración, volumen y tipo de ejercicio diferentes) y resultados (GDM, HG, PE).
Se incluyó un total de 106 estudios. La evidencia de 'moderada' a 'alta' calidad de los ensayos controlados aleatorios reveló que las intervenciones de solo ejercicio, pero no el ejercicio + las intervenciones, redujeron las probabilidades de DMG (n = 6,934), GH (n = 5,316) y PE (n = 3,322) en comparación con ningún ejercicio. Para lograr al menos una reducción del 25% en las probabilidades de desarrollar DMG, EP y HG, las mujeres embarazadas deben acumular al menos 600 MET/min de ejercicio de intensidad moderada (por ejemplo 140 minutos de caminata enérgica, ejercicios aeróbicos acuáticos, estacionarios, ciclismo o entrenamiento de resistencia).
Conclusiones
Se concluye que las intervenciones de solo ejercicio fueron efectivas para reducir las probabilidades de desarrollar DMG, HG y PE.
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