Características clínicas de mujeres con depresión mayor que sufrieron abuso sexual en la infancia

El abuso sexual en la infancia (ASI) es una de las experiencias adversas más traumáticas y con mayor impacto en el desarrollo emocional de una persona.

ASI y trastornos psiquiátricos

De acuerdo con una revisión de la epidemiología internacional de este fenómeno, a fines del siglo XX entre 7 y 36% de las mujeres había sufrido ASI; específicamente se estimaba que en Estados Unidos 1 de cada 5 mujeres había sido víctima de ASI. En México, la Encuesta Nacional sobre Violencia contra las Mujeres 2003 encontró una prevalencia de 7.3% en mujeres usuarias de servicios de atención primaria y del segundo nivel.

Por su parte, la Encuesta de Maltrato Infantil y Factores Asociados 2006 llevada a cabo en adolescentes de Baja California, Sonora, Tlaxcala y Yucatán reportó una prevalencia de abuso sexual entre 3.5 y 9.1% en la población femenina.

Un buen número de estudios y varias revisiones metaanalíticas han documentado de manera consistente que el ASI se asocia con el desarrollo de trastornos psiquiátricos en la vida adulta.

Este efecto parece ser particularmente más pronunciado en las mujeres, predisponiéndolas a mayor número de trastornos psiquiátricos en comparación con los hombres. La asociación más estudiada ha sido la existente entre el ASI y el trastorno depresivo mayor, identificándose al primero como un sólido factor de riesgo para la aparición del segundo, incluso atribuyéndosele algún efecto causal.

Pocos estudios han evaluado la comorbilidad psiquiátrica, el funcionamiento social y la asociación con otros tipos de maltrato en las mujeres con depresión mayor e historia de ASI.

Cuando se ha investigado la relación con características clínicas como la gravedad de los síntomas depresivos se han obtenido resultados poco consistentes.

ASI y depresión mayor

Se seleccionaron 71 mujeres adultas con depresión mayor en un centro comunitario de salud mental; fueron evaluadas con Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional, Inventario de Depresión de Beck, Escala de Autoevaluación de Adaptación Social, Índice de Maltrato Físico e Índice de Abuso Sexual en la Infancia.

De ellas 53.5% había sufrido alguna forma de ASI. No hubo diferencias significativas en edad, escolaridad, sintomatología depresiva, adaptación social o maltrato físico en la infancia entre las mujeres con y sin historia de ASI, solo mayor frecuencia de comorbilidad con el trastorno por ansiedad social (26% vs 6%) y mayor proporción de riesgo suicida (68% vs 45.4%) distinguió a los grupos.

Conclusiones

Pocas características distinguen a las mujeres con depresión mayor con historia de ASI; sin embargo, el pronóstico e implicaciones terapéuticas del mayor riesgo suicida subrayan la importancia de investigar sistemáticamente la historia de ASI entre las mujeres con depresión mayor.

Este estudio muestra algunas limitaciones que deben considerarse al interpretar los resultados. Las características de la muestra como el número de participantes, género, su selección por conveniencia y de una institución de atención primaria limitan la generalización de los resultados a otras poblaciones.

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