Insomnio y disfunción sexual en mujeres histerectomizadas sexualmente activas

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Determinar la calidad de vida es una prioridad y se ha convertido en una variable importante a considerar con respecto al interés multidisciplinario y el enfoque desde diferentes perspectivas.

Menopausia y calidad de vida

La Organización Mundial de la Salud define la calidad de vida como la percepción que la persona tiene sobre su propia vida dentro del sistema de valores y el contexto cultural en el que se encuentra con respecto a sus propósitos, expectativas y preocupaciones. La evaluación debe ser multidimensional y debe tener en cuenta componentes específicos y globales. Se han propuesto varias escalas de calidad de vida, que son formas adecuadas de exploración.

Los síntomas menopáusicos y los factores que deterioran la calidad de vida deben valorarse durante el climaterio.

La mayor parte de la información se ha obtenido de mujeres caucásicas y los resultados no se pueden extrapolar sistemáticamente a otras comunidades o etnias. No se conocen estudios sobre climaterio en mujeres colombianas previamente histerectomizadas, donde se evalúe la asociación entre el sueño, sexualidad y calidad de vida.

Evaluación de la calidad de vida

Se realizó un estudio transversal con habitantes de dos ciudades del Caribe colombiano. Los encuestadores invitaron a participar mujeres de entre 40 y 59 años; en sus comunidades aplicaron encuestas con características demográficas.

Estudio transversal realizado con preguntas sociodemográficas y tres escalas validadas. Esta investigación es parte del proyecto CAVIMEC (Calidad de Vida en la Menopausia y Etnias Colombianas). El proyecto se desarrolló en dos fases: en la primera se incluyeron los formularios debidamente completados para estimar el deterioro grave de la calidad de vida. En la segunda, las mujeres sexualmente activas fueron elegidas para establecer la prevalencia de disfunción sexual, así como la asociación entre la función sexual y el sueño en la calidad de vida. Para la evaluación de la función sexual y los trastornos del sueño, se utilizaron dos escalas: el índice de función sexual femenina para la primera y el insomnio de Atenas para la segunda, que se describen más adelante.

Se estudiaron 522 mujeres con una edad promedio de 50 años: 30% ooforectomizadas, 59.8% hispanas, 40.2% afrodescendientes y 22.2% usuarias de terapia hormonal.

De ellas 80% presentaba deterioro somato/vegetativo, psicológico o urogenital; 29.1% con deterioro severo de la calidad de vida y 47.5% con insomnio. De los 390 (74.7%) con actividad sexual, 59.7% sufrió disfunción sexual. Insomnio, disfunción sexual, insatisfacción sobre la sexualidad, bajo o no deseo sexual existente, somnolencia diurna y disminución en el bienestar diurna. Estos fueron factores asociados con un empeoramiento severo de la calidad de vida, mientras que la presencia de lubricación genital fue protectora.

Se observó que el insomnio y la disfunción sexual se comportaron como factores asociados con un deterioro tres veces más severo de la calidad de vida en mujeres climatéricas y sexualmente activas previamente histerectomizadas.

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